El poder (o las decisiones ejecutivas en el servicio público) marea a los tontos, no es algo nuevo y tampoco exclusivo de algún partido político, pero en los aspirantes que dicen pertenecer a la izquierda parece tener una mayor presencia. Cuándo habríamos de imaginar la cantidad de inscritos para los puestos de elección popular en Morena y PT.

La lista de quienes se creen merecedores de ser considerados para algún puesto de elección popular en Morena es muy grande, el tamaño no es el problema si en su mayoría se tratara de personas honorables y trabajadoras. En el Partido del Trabajo la lista es corta, pero tampoco brillan por su probidad.

Hasta una persona señalada por homicidio doloso se les coló a Morena, por cierto, protegido durante meses de forma inexplicable por las autoridades municipales. 

En este caso, el uso evidente de recursos públicos para pagar espacios en radio y otros medios da pie a cuestionar no solo la transa en las finanzas de las paramunicipales, sino el papel de los comunicadores y la ética de las empresas ante innegables casos de corrupción.

La designación de quienes habrán de aparecer en las boletas se está llevando a cabo por el órgano interno de Morena, considerando lo ocurrido en Guerrero no sería extraño que viéramos también a personajes impresentables hacer campaña, los ciudadanos de Cajeme no lo merecemos, aunque tampoco nos llamaríamos extrañados si eso ocurre.

Dicen los enterados que sería Javier Lamarque quien contienda por Morena superando a Andrés Salas, una persona honesta, de fácil trato y limpia trayectoria, ya está puesto Orlando Salido para disminuirle unos puntos, situación de habrán de aprovechar tanto Abel Murrieta como Rodrigo Bours y falta ver quien representará a la alianza PAN-PRI-PRD.

Si bien Javier Lamarque tiene la experiencia de haber sido alcalde y la balanza a su favor de tener una cercanía con el Presidente de México, no son pocos los que en su partido ven en su deseo de ponerse como el primero de la fila en la repartición como un agandalle.

Lo malo en los acuerdos internos de las tribus es como dice el tango Cambalache (Enrique Santos Discépolo, 1934) “el que no llora no mama” y la actual administración municipal es el mejor ejemplo de ello, vemos como los puestos de consolación se les asigna a depredadores de presupuestos y presuntos delincuentes.

Los que más le saben a los números y le dedican más tiempo a las especulaciones aseguran que es Rodrigo Bours quien más posibilidades de ganar tiene en este momento aunque las campañas aún no inician, ojalá reflexione sobre algunos principios en las siguientes semanas, sobre todo en la percepción que tiene de los periodistas y logre ver a las personas sin etiquetas.

Aunque si nos vamos por las declaraciones no valdría la pena desgastarnos en una elección y de paso nos ahorramos la asoleada, si ya tenemos en Abel Murrieta a una especie de navaja suiza con una solución para cada problema. A ver si no resulta como “Ya Saben Quién” y su visión simplista de las cosas que hoy nos tiene en medio de las más graves crisis de seguridad, económica y lo peor, divididos.