CIUDAD OBREGÓN.- Hace 42 años, Manuela García empezó a coleccionar tazas y son tantas las que hoy tiene en el especio que acondicionó especialmente para ellas en la entrada de su casa, que ya perdió la cuenta de cuántas son.

Las primeras ella las compró y conforme familiares, amigos e incluso extraños que pasaban por su domicilio, se enteraban de su gusto por las tazas, le empezaron a regalar.

“Me empezó a gustar, a donde iba compraba tazas, después me hija fue a Egipto y me trajo tazas, una nieta me trajo tazas de Cuba, de Guatemala, de muchas partes, yo a todas partes donde fui traje tazas, a todas partes a las que iba traje y aquí también compro, casi ni una es repetida, las quise contar y no me mareé, conté hasta 300 y me mareé y ya no las conté”, comentó.

A sus 86 años de edad, Manuela puede pasar horas en el lugar mientras limpia o reacomoda tazas, cada una con una historia, con un recuerdo.

“Esta es la más chiquita que tengo, me la regaló un señor que pasaba por aquí, afilaba chuchillos, me dijo le traigo un regalo y le dije no se moleste, se sacó la tacita y me la dio”, añadió.

El espacio en el que las ha colocado, se ha convertido en el favorito de la casa no sólo de ella, también de sus hijos, nietos y bisnietos.