Casi en víspera del Día de la Libertad de Expresión, Javier Lamarque les dejó claro a los reporteros que cubren su conferencia de prensa cuánto respeta ese derecho al enfatizar que no quería preguntas relacionadas con la muerte de Beatriz Elena, víctima inocente en un fuego cruzado, “una pregunta más y de otro tema”, ordenó Lamarque.
Y no es que el alcalde hubiera sido cuestionado por ese tema, de un tiempo a la fecha algún brillante asesor le aconsejó no tocar temas de violencia y lo que logra es -como el jueves anterior- mostrarse ajeno al dolor de la familia de la víctima, la sonrisa de oreja a oreja del alcalde en su mañanera contrastaba con la tristeza en el funeral de Beatriz.
El presidente municipal de Cajeme llamó al comisario Claudio Cruz Hernández para que fuera él quien respondiera a las preguntas relacionadas a la muerte de Beatriz, un gesto que no fue bien visto ni siquiera por los reporteros más abyectos que acuden a ese ejercicio.
Por supuesto que los números son importantes y no será en esta ocasión cuando nos refiramos a la estadística en el homicidio doloso, aun si los números indican una disminución Javier Lamarque debe mostrar algo de solidaridad y empatía con las víctimas y sus familias, con la actitud arrogante del jueves solo muestra insensibilidad.
Apenas ayer el gobernador Alfonso Durazo leyó la cartilla a los integrantes de su movimiento en Sonora (y no solo al gabinete como algunos lo interpretaron) y este martes Javier Lamarque continuó su “roadshow” por la capital del estado, tal vez hubo algunas frases del Gobernador que pensó llevaban dedicatoria para todos, menos para él.
Bien claro fue el Gobernador al decirles que no se distraigan, que se requiere un equipo doblemente comprometido y si acaso hicieren las cosas bien en las tareas que se les encomendaron el movimiento se los reconocerá sin regateo, pero mientras hay que disciplinarse.
A ver si aterriza
¿Alguna vez vio cómo trataban a los niños en los concursos de En Familia con Chabelo cuando no ganaban nada? Les daban una dotación de paquetines Gamesa y golosinas para que no pusieran sus caritas de tristeza. Algo así pasó la semana pasada cuando en un evento en la capital del estado se anunció una fuerte inversión para el Aeropuerto de Hermosillo (mil 76 mdp) y para el de Ciudad Obregón la posible ampliación de la pista, un proyecto del que se ha hablado durante siete años y que nomás no han logrado aterrizar.
No podemos apostarle todo a un solo proyecto y esperar que eso nos saque del bache en el que estamos metidos, continúa la falta de rumbo en el desarrollo económico de Cajeme, no lo digo yo, lo dicen las estadísticas de bajas en los registros patronales y también la disminución de empleos formales. ¿De esto es responsable Javier Lamarque? En gran medida no por supuesto, pero tampoco se ve que traiga la brújula bien orientada.
Insiste en hacer de Cajeme “el polo de desarrollo en el noroeste del País”, pero si fuera tan amable de compartir su plan tal vez muchos nos subiríamos al tren de su optimismo.
Hasta hoy en materia de desarrollo económico el presidente municipal solo ha soltado ideas sin ton ni son, mientras en Hermosillo destaca en generación de empleo aquí se pierde, allá se inauguran parabuses de primer mundo mientras aquí no hay ni transportes dignos, aunque soltó en una mañanera que habrá un sistema de Metrobús.
En “La H” se ponen en la conversación temas con planes y proyectos, aquí con videos para redes sociales “futureando” a bordo de un trenecito que tiene más de 50 años. Se necesita involucrar más a los cajemenses en temas de desarrollo y no pensar que el futuro de la ciudad está atado a la visión y ritmo de una sola persona.