En otra de sus ocurrencias, el presidente López Obrador pone a investigar a los municipios de México cómo trabaja una máquina para tapar baches que existe solo en una animación modelada en 3D, es un concepto, el aparato no existe, no ha existido y por lo tanto no ha tapado un solo bache nunca. Mejor que envíe de forma expedita los recursos de la regularización de autos, eso ayudaría más.
El asunto de los baches en todo el País alcanza grandes dimensiones en la percepción y es según el Inegi el reclamo más común que hacen los ciudadanos o para decirlo de otra forma, otro problema para el que las autoridades locales no están preparadas en su solución.
Harto de que los presidentes municipales y habitantes lo asedien con reclamos sobre los baches, Andrés Manuel López Obrador recurrió una vez más a la distracción, a arrojarle a la opinión pública un tema para que se entretengan unos días en algo, me queda claro que el presidente sabe bien que esa máquina no existe, por eso ofreció ayuda para que los gobiernos municipales la compraran.
¿Por qué no mejor subsidia la adquisición de máquinas que sí existen? Para arreglar las calles hay un extenso catálogo de maquinaria que pueden ayudar bastante a reducir el problema de los baches y ese es el motivo por el que escatima y regatea el apoyo a los gobiernos locales, porque se pueden cotizar, encargar y pagar... ahí no hay lugar para prometer el dinero de fantasía que solo sirve para la distracción momentánea.
Esto funciona muy bien en la lógica de la 4T, la estrategia de voltear un problema y ofrecerse como el salvador en el tema de los baches no es algo nuevo en la administración lopezobradorista, sus más fieles y poco reflexivos seguidores pensarán que ahora la solución está en la cancha de los alcaldes y que si no arreglan las calles es porque no quieren pues ya Andrés Manuel les ofreció la solución.
Pero si la estrategia contiene una alta dosis de perversión no estaría completa sin el acompañamiento de los paleros, de muchos alcaldes de Morena lo pudiera comprender porque el puesto les llegó de forma sorpresiva, sin estar preparados para el triunfo y mucho menos para gobernar, la reacción de Javier Lamarque Cano me sorprendió porque no es un político improvisado o que requiera la lisonja hacía López Obrador, lo suyo es la institucionalidad.
Nuestro alcalde no tenía la más pálida idea de lo que le hablaban cuando le preguntaron sobre la famosa y cuasi milagrosa maquina tapabaches que existe solo en una secuencia animada, pero, como se trataba de una propuesta del Presidente la recibió como un mandato divino.
“Excelente, excelente, vamos a preguntar sobre esa máquina y por supuesto que vamos a solicitársela al Gobierno de la República para que nos haga llegar una para acá, muy bien... ¿en la mañanera?... muy bien”, respondió el alcalde a la pregunta si tendría interés en hacerse de una.
Sería mejor que el gobierno municipal presione por todos los medios para que lleguen los recursos por regularización de autos de procedencia extrajera que están detenidos en algún trámite -quiero pensar- o si va a ayudar a comprar maquinaria que sea de las existentes, no del mundo de la fantasía.