Después del proceso interno que tuvieron en Morena tan singular –por llamarlo de alguna manera- queda en riesgo no la unidad, porque nunca la hubo, sino los números de Alfonso Durazo en esta etapa de definición de la campaña, con las decisiones cupulares algunos participantes replantean su apoyo al proyecto de Morena, otros se alinean como lo han hecho antes en otros partidos, opciones no hay muchas.

Disculpará usted amable lector que a diferencia de los participantes en este proceso y en todos los internos de los partidos no escriba con el corazón en la mano, pero es que mi razonamiento es muy elemental y primario; si tanto quieren trabajar en mejorar la comunidad – que supongo para eso querían participar- pueden hacerlo sin estar en una campaña, es más ni siquiera se necesita simpatizar ni enlistarse en ningún partido político. ¡A sacudirse el polvo y a seguir! Hay mucho por hacer, pero mucho mucho en Cajeme.

Ya con la película completa y sin apasionamientos quedan en el aire preguntas sobre la seriedad con que algunos participantes toman la posibilidad de desempeñarse en el servicio público vía los puestos de elección popular. Desde la distancia se podía ver como sobre Morena planeaban en círculos algunas aves de rapiña, tal vez el súbito interés de muchos se originó en el río revuelto de la elección del 2018 en algunos municipios del sur de Sonora.

Algunos de la lista de participantes en el proceso interno son gente de servicio no de hoy, de décadas atrás, con cercanía constructiva y propositiva con grupos vecinales, pero otros… ¡por el amor de Dios! Cero probidad, cero trabajo comunitario, algunos hasta con carpetas de investigación por fraude.

Al final del día están postulados los que tienen que estar, es iluso pensar que se considerarían a los fundadores de Morena en Cajeme, no es ningún mérito tratándose de un partido de reciente creación, tiene mucha lógica que quienes comulgan con la ideología de López Obrador serían los elegidos y le estoy hablando de tiempo atrás… de cuando el PRD tenía militantes.

En los partidos de izquierda los agravios se convierten en heridas dificiles de curar al grado de borrarse del mapa, hoy la situación es distinta porque el patriarca del partido es el Presidente de la República, así que en caso de ocurrir el éxodo sería hasta despues de 2024.

La novena 

Anabel Acosta, Rosendo Arrayales, Rodrigo Bours, Fidel Covarrubias, Ana Lilia Hernández, Javier Lamarque, Abel Murrieta, Orlando Salido y Efrén Sánchez buscarán el voto a partir del día 24 si el IEE no dice otra cosa, parece que Rodrigo González, un académico e investigador de probada solvencia moral se va a quedar en el camino por ahora. 

No le voy a mentir, usted y yo sabemos que de la lista de candidat@s a la presidencia municipal hay un@s cuatro preparad@s y para el cargo, el resto estan embelesados por la atención que acaparan de sus cercanos y una falsa sensación de apoyo popular, sin faltar por supuesto quien quiera aplicar una "operación Alfredo Adame" con los recursos que pudieran manotear. 

Cajeme ya no está para una vuelta más al ciclo pernicioso de cada tres años, o nos involucramos como sociedad y le dedicamos nuestro tiempo a proponer y a darle seguimiento a las acciones y obras o nos hundimos culpándonos unos a otros.

Hasta hoy Rodrigo Bours lidera la intención de voto, sus señalamientos de actos de corrupción lo colocan como alguien que pudiera llegar a poner orden y asear la casa que es por donde dice el sentido común se debe empezar, y es aquí donde inicia el compromiso de ida y vuelta entre gobierno y ciudadanos, no creemos que sea Rodrigo muy paciente con los morosos de agua o prediales. Falta esperar a ver que propone para la vigilancia en el manejo de los recursos porque para efectos prácticos, los mecanismos de transparencia y rendición de cuentas dependen de la voluntad del Ejecutivo y eso no está bien.