Que rápido pasan los años, pronto se cumplirán 16 de la presentación de renuncia de Alfonso Durazo al cargo de secretario particular del Presidente de México, le resumo el amplio documento en una idea: Alfonso Durazo no soportó que desde Los Pinos se impulsara a Martha Sahagún para suceder a Vicente Fox.

El poder, aún el más exiguo o insignificante marea a quienes no tienen el aplomo para ejercerlo, la toma de decisiones y ver como estas influyen en el entorno satisfacen vacíos en la personalidad de individuos cuando estos carecen de convicciones positivas, ideales o se llenan fácilmente de aire.

Martha Sahagún Jiménez, “Martita” para el País entero, dejó escuela y por todo México hay “parejas presidenciales”, sucumbió a la tentación de ejercer el poder ante el vacío que el Presidente dejó y no lo hizo con equidad e igualdad, sus acciones tenían invariablemente el sello protagónico tras la fachada de un falso humanismo e incluso se adjudicaba como propia la generosidad y trabajo de otros.

El de Martha y Vicente es el más visible, pero en el País se repiten los casos donde la influencia de las mal llamadas primeras damas llega al grado de inmiscuirse en asuntos donde legalmente no deben tener injerencia, las estructuras en las administraciones públicas están diseñadas para que de forma institucional se atiendan todas las necesidades de la población.

No me gustaría estar en el lugar de los colaboradores o ser parte de equipos de trabajo que investigan, comparan, analizan, discuten, valoran y deciden planes de trabajo o acciones a tomar para que sin la menor consideración sean desechadas o modificadas arbitrariamente por las primeras damas basadas en alguna trivialidad.

Los enterados cuentan que Martita solía pasar la charola a los cercanos para la recaudación de fondos ejerciendo esos recursos de manera discrecional y sin transparencia en sus procesos, los sablazos de la primera dama lo mismo alcanzaban a empresarios que a instituciones, incluso algunos subordinados que deseaban no caer de su gracia destinaban recursos recaudados por servicios de bienes públicos.

Y en pleno siglo XX, cuando nos creíamos mayores de edad y con madurez para ejercer el poder con laicidad, Martita sostenía reuniones con líderes impresentables de la iglesia, iniciándose una perniciosa relación donde el ejercicio público se fundía y se confundía con actos de fe.

Hay una frase que me gustó mucho hace 16 años y hoy que leo la carta de nuevo me sorprende su vigencia:

“Debemos asumir que dicho proceso (la sucesión) no es ya más un simple asunto electorero o de popularidad sino un tema que tiene que ver con la estabilidad del Estado y la solidez de sus instituciones. Por ello, no podemos dar curso a nuestros afectos y desafectos personales en su conducción”.

Chistositos

Gobiernos de los tres órdenes presumen la baja en los robos a casa habitación en marzo, y estoy seguro lo harán con las estadísticas de abril, ¡Pues claro que van a bajar! Con las familias en los hogares a raíz de la restricción de movilidad es menos probable que los ladrones intenten algún robo. De ese nivel es la falta de seriedad.