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Cajeme y sus lastres
Gustavo Zamora
26 de Enero de 2020

Decir que se politizan los problemas del Oompasc es conceder que los responsables del pasado y del presente se desenvuelven en la política y nada más alejado de la realidad, son vividores de lo que creyeron durante años sería un barril sin fondo. Hoy pelean los despojos de un organismo que ya no da más.

Si todo por servir se acaba el Oomapasc ya se acabó. Lo secaron. De la ubre de la paramunicipal se formaron decenas de servidores públicos con una sed insaciable y la fuente de recursos colapsó, no lo hizo de la noche a la mañana, pese a que fueron bastantes los avisos de su diezmada salud financiera fueron los últimos cuatro gobiernos municipales -incluido este- quienes aniquilaron al organismo.

Para el 2012 ya eran muchos y parió la abuela priista, dio a luz la CTM un sindicato de buen apetito que creció rápidamente al grado de controlar todo, por otro lado los funcionarios del Oomapasc no han predicado con el ejemplo y como muestra están sus prestaciones que no han sido ejemplo de austeridad, su función es interceder por los proveedores amigos de los alcaldes en turno, unos con un poco de camuflaje otros descaradamente cercanos al grado de parecer de la familia, a eso súmele que los usuarios se desentienden del pago oportuno.

Auto sabotaje

Nos comentan algunos regidores de oposición que en la oficina del Alcalde cuando han tenido la oportunidad de dialogar con él, escucha y hasta interactúa positivamente cuando abordan temas de interés para la comunidad, algo pasa entonces porque tan pronto queda rodeado de los suyos su forma de tomar decisiones es invocando a su jerarquía en la titularidad de sus funciones ejecutivas, lo cual tampoco tendría nada de extraordinario si el buen juicio le acompañara.

Seamos objetivos, ningún problema que afronta Cajeme se incubó en el trienio de Sergio Pablo Mariscal Alvarado. Los baches ya existían desde mucho antes que por su cabeza pasara la idea de ser presidente municipal, los cajemenses antes eran más cumplidos en sus pagos del predial y por el servicio del agua, el narco ya había sentado sus reales en el municipio y en la Policía Municipal algunos mandos ya estaban en la estructura delincuencial cuando Sergio Pablo quizá ni siquiera era académico, ¿Por qué entonces los bonos de Mariscal están tan bajos? Es por su persona, creó expectativas altas y no solo no ha podido cumplirlas, no se le ve voluntad de hacerlo, es también por algunos integrantes de su equipo que enarbolaban la bandera de la honestidad y hoy instalados en dependencias municipales replican prácticas corruptas de anteriores gobiernos.

El 2020 inició cuesta arriba para la administración municipal, con la Secretaría de Seguridad Pública acéfala, con el emplazamiento a huelga del Sutoc y hasta con un rechazo tajante a un proyecto vial… a todo ello agréguele los homicidios dolosos y ataques armados que no cesan, ante ese panorama el Alcalde hace llamados no a unirnos por Cajeme, sino a hacerlo en torno a su proyecto político, a que le ayudemos a quitarle las piedrotas porque a las pequeñas “las puede patear para hacerlas a un lado”.

Hay quien asesora al Alcalde en materia de comunicación y aun así falla, su insistencia en reiterar que el poder y la autoridad es él se le revierte. El incremento de puestos de “reporteros” en la nómina del Municipio habla de corrupción al utilizar recursos públicos para fines de promoción personal, pese a todo ello Mariscal Alvarado se victimiza y acusa intentos de sabotaje a su gobierno.
 
Práctica mañosa

Entre regidores faltistas y otros distractores se quedó en la enorme lista de asuntos que no se concluyen el tema de Los Monjes, fraccionamiento que desarrolló la Constructora Río Yaqui y que a decir del regidor Rodrigo Bours Castelo, presidente del consejo de la empresa, nunca fue entregada al Municipio. Las causas no las pudo aclarar cuando se le dio voz en la reunión de la Comisión Anticorrupción.

Resultó revelador que el propio Bours Castelo dejara entrever en la reunión de la Comisión de Desarrollo Urbano celebrada el 16 de este mes que la no entrega de una obra es una práctica “mañosa” cuando existe contubernio entre quien construye y quien recibe.

Consultado posteriormente dijo que un fraccionamiento no cabía en el tipo de obra al que se refería.

Qué lamentable que los vecinos del lugar todavía padezcan vivir en ese fraccionamiento y no se visualice una solución pronta, en la escalada de descalificaciones entre el Secretario de Desarrollo Urbano y el regidor Bours la conciliación no cabe. Llevarán el asunto a los juzgados y con ello la seguridad que los vecinos no tendrán calles dignas en algunos años, pues como dijo Rodrigo Bours se trata de ganar tiempo.