CIUDAD DE MÉXICO.- Para 2030, en México existirán 6.5 millones de niños y adolescentes con obesidad, por lo que la meta para reducir la prevalencia de esta pandemia en 2025 quedará rezagada, alertó el Atlas de Obesidad Infantil presentado ayer por la Federación Mundial de Obesidad (WOF, por sus siglas en inglés).

Según la organización, México está entre los 10 principales países, de 191, que tendrán más población infantil obesa en la próxima década.

El País tiene apenas el 4 por ciento de probabilidad de lograr la meta planteada ante la OMS de que no habrá aumento en la prevalencia de obesidad en niños y adolescentes para 2025.

Al evaluar el nivel de riesgo de tener o adquirir un problema significativo de obesidad en dicho grupo poblacional en la próxima década, la organización tasó en 11 el máximo puntaje de riesgo. México registra 7 de los 11 puntos.

Por ello, en la codificación por colores que el Atlas utiliza para calificar el nivel de riesgo, México está en rojo, es decir, en la peor situación.

Abelardo Avila, investigador del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición, advirtió que en los índices de obesidad en el país están peor de lo que revela la Federación, pues se basa en datos oficiales.

Aseguró que las personas en situación de pobreza son los que más padecen obesidad, y mucha de esa población sufrió desnutrición durante el periodo intrauterino.

"Es población que pasa en los primeros años de la desnutrición a la obesidad. Sabemos que el daño metabólico de esa población puede ser seis, siete veces mayor que el daño metabólico de la población obesa que no sufrió desnutrición infantil", indicó.

Desde hace dos décadas, aseveró, se vislumbró el problema de salud que se podía alcanzar en el País, y más allá de tomar medidas para frenar esta situación se promovieron los factores de riesgo.

"Hace 20 años en una conferencia internacional organizada por OPS en donde estuvieron todas las autoridades sanitarias de México, se advirtió que se venía este problema y todo lo que ahí se pidió que se hiciera, pues nada de eso se hizo.

"Estábamos hablando de que había que detener la creciente tendencia a sustituir la alimentación saludable por alimento chatarra", lamentó.

No obstante, celebró la aprobación del etiquetado frontal de advertencia y estimó que en una década haya resultados positivos respecto al combate a la obesidad, siempre y cuando se implementen otras medidas contra la epidemia.

"Las solución más que de cuestión económica requiere de una voluntad política que nunca se expresó, pero ahora gracias a la actividad académica; de las agencias internacionales y de la misma Secretaría de Salud, ya empezaron a rendir frutos", comentó.