CIUDAD OBREGÓN.- En Cajeme, tratándose de obra pública, la palabra supervisión no está ligada a un trabajo de calidad, entre los casos más evidentes están las calles aledañas al Estadio Yaquis, ahí, el Municipio pagó solo para supervisar su “calidad” más de 4 millones de pesos a un particular, tres años después de concluida la obra, las vialidades presentan un deterioro evidente que padecen los ciudadanos. 

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Quién no esté relacionado con la industria de la construcción y la obra pública difícilmente entenderá cómo esas calles con losas quebradas, con varillas expuestas al rodamiento, con desniveles entre losas y luminarias incompletas, pudieron ser construidas por empresas serias, supuestamente por personal calificado y lo más sorprendente; bajo la supervisión de expertos. 

Interpretan Reglamento a conveniencia 

Para evadir responsabilidades y evitar asumir el linchamiento de la opinión pública, los ex funcionarios del Gobierno Municipal y las compañías constructoras interpretan el “Reglamento de la Ley de Obras Públicas y Servicios Relacionados con las Mismas” a su conveniencia. 

El Artículo 112 textualmente dice que “el titular del Área responsable de la ejecución de los trabajos designará al servidor público que fungirá como residente debiendo tomar en cuenta los conocimientos, habilidades y capacidad para llevar a cabo la supervisión, vigilancia, control y revisión de los trabajos”.    

La fracción sexta del Artículo 113, es más específica de las tareas del residente: “Vigilar y controlar el desarrollo de los trabajos en sus aspectos de calidad, costo, tiempo y apego a los programas de ejecución de los trabajos, de acuerdo con los avances, recursos asignados y rendimientos pactados en el contrato”. 

En el 114 se establece que por la complejidad de la obra los residentes pueden auxiliarse con supervisión, pero “las funciones estarán a cargo de la residencia”.   

El Artículo 115 Fracción Quinta los supervisores deben “vigilar la buena ejecución de la obra y transmitir al contratista en forma adecuada y oportuna las órdenes provenientes de la residencia de obra”. 

Aunque el citado reglamento es claro en cuanto a las funciones, la supervisión externa invoca que solo se apegan a cumplir lo que el encargado de la obra pública del Municipio le solicita, es decir, las deficiencias tienen su origen en las especificaciones que pidió el funcionario municipal encargado de la obra, ya que la supervisión externa cumple su función al constatar que se cumpla en el sitio con lo que el Municipio planteó en el proyecto. 

Contratos y pagos  

Según consta en el acta de fallo de la licitación IO-826018991-N41-2015 la “Supervisión Externa para los Trabajos de Vialidades Aledañas al Estadio de Beisbol” estuvo a cargo de Luis Eduardo Guerra Esquivel y en el mismo documento se establece que el municipio pagó 4 millones 170 mil 590 pesos.  

Entre las compañías constructoras a las que se contrató para la construcción de las calles aledañas al estadio se encuentran: 

Terplan S.A. de C.V. a la que se le asignó un contrato por 62 millones 048 mil 053 pesos. 

Construpitic S.A de C.V. con 55 millones 445 mil 088 pesos. 

Tekton Ingeniería S.A de C.V. a la que se le contrató por 54 millones 667 mil 013 pesos. 

Ingenieros Civiles S.A de C.V. que obtuvo contrato por 54 millones 040 mil 302 pesos. 

Debido a la información limitada con que el proyecto se ha manejado desde su inicio no es posible determinar qué tramos construyó cada compañía, y es justo puntualizar que no todas las vialidades cercanas al estadio presentan deterioro. 

Contraloría omisa 

El de las calles deterioradas construidas con concreto hidráulico y que, según Luis Humberto Meza López, ex secretario de Desarrollo Urbano tendrían una duración de 40 años, no es un caso aislado en los gobiernos de 2012 a 2018, pero curiosamente en todas las irregularidades el Órgano de Control y Evaluación Gubernamental (Contraloría) busca cubrir hacia el exterior detalles importantes de ser revelados, sobre todo por tratarse de operaciones con recursos públicos.