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El campo no quiere migajas: Unorca
Redacción
10 de Octubre de 2011

CIUDAD OBREGÓN.- El dirigente nacional de la UNORCA, Olegario Carrillo Meza, exigió a la Cámara de Diputados hacer un ejercicio responsable de su facultad constitucional para modificar y aprobar el presupuesto rural corrigiendo el proyecto enviado por el Ejecutivo porque, de aprobarse como está, causaría mayor pobreza en el campo.

“No estamos hablando de reparto de migajas sino de una reorientación radical del presupuesto hacia la producción de alimentos, la generación de empleo y la desconcentración del ingreso de los productores en beneficio de los más necesitados”, dijo Carrillo durante la conferencia de prensa ofrecida por las organizaciones campesinas integrantes del movimiento “El Hambre No Espera”.

Es una irresponsabilidad y una absoluta falta de sensibilidad del ejecutivo federal pretender recortar y seguir concentrando en los grandes productores el gasto público en el campo, ahora que la crisis y la dependencia alimentaria se han profundizado, con el consecuente incremento alarmante de la pobreza y el hambre en nuestro país, señaló el dirigente campesino.

“El presupuesto debe atender prioritariamente la creciente pobreza alimentaria. Es un contrasentido que siendo el campo el lugar donde se producen los alimentos, sea ahí, donde el 81% de la población rural se encuentre en condiciones de pobreza alimentaria, 20 millones de personas que carecen de los alimentos necesarios para su desarrollo. El hambre es un crimen colosal, con el que se enfrentan millones de mexicanos de todas las edades, el hambre si distingue entre clase social, es una fuerza violenta que ataca, ofende y domina”, expresó Carrillo.

También se debe enfocar el gasto público en contrarrestar la obesidad y malnutrición de la población. Al respecto, expresó Carrillo: “Nuestra propuesta demanda mejorar las condiciones de alimentación y nutrición de la población del campo y la ciudad, y el acceso a una alimentación completa, más balanceada y sana, sólo será posible si se reactiva el campo”.

Y continuó diciendo: “Nuestra propuesta considera la reducción de al menos el 30 por ciento de la alarmante dependencia alimentaria que ahora padecemos que ya se eleva a la mitad de lo que consumimos. Es irracional que gastamos más en importar alimentos que en producirlos”.

Recordó que según el último informe de gobierno, en el 2010 importamos alimentos por un monto de 21 mil 076 millones de dólares, que en pesos significan 284 mil 526 millones, mientras que el presupuesto aprobado (sin que se gastara en su totalidad por subejercicios en diferentes secretarías) fue de 269 mil 079 millones de pesos, esto es gastamos 15 mil 447 millones de pesos más en las importaciones.

Considerando que el Programa Especial Concurrente incluye gasto social, agrario, educación, salud, laboral y hasta de relaciones exteriores, si comparamos el gasto en importaciones contra el gasto estrictamente productivo (45 mil 743 millones de pesos) resulta que estas fueron 6.21 veces más que lo dedicado a producir alimentos.

Es decir, promovemos el desarrollo rural externo, dejando de lado el gran potencial del territorio nacional, concluyó Carrillo.