CIUDAD OBREGÓN.- La conversión de cultivos en el Valle del Yaqui es algo en lo que ya se avanza por parte de los productores, sin embargo, consideraciones como los costos que representan para el sector social en algunos casos y la extensión del valle son factores que impiden avanzar con la celeridad que se quisiera, expuso Luis Cruz Carrillo. 

El presidente del Distrito de Riego del Río Yaqui manifestó que coincide con lo expuesto días atrás por parte del gobernador del Estado, Alfonso Durazo Montaño en el sentido que es necesario variar el mosaico de cultivos en el Valle del Yaqui, pero en una superficie de 220 mil hectáreas y con realidades muy distintas entre el sector privado y social los avances pueden no ser tan inmediatos. 

“Coincido que la conversión es necesaria, sin embargo, tenemos que considerar que la realidad nuestra es muy distinta a otras regiones de Sonora, en el Valle del Yaqui hay 22 mil usuarios donde se siembran 220 mil hectáreas y en Hermosillo por ejemplo serán unas 30 a 50 mil hectáreas donde siembran unas pocas familias”, resaltó. 

Añadió que en la región del yaqui algunos productores están ampliando su horizonte y hoy participan con hortalizas y en algunos casos frutales como higo, nogal, cítricos y arándano, entre otros, pero debe entenderse que los productores inician con solo una parte de su superficie de siembra pues representa un riesgo mayor hacerlo con la totalidad de las hectáreas. 

“En el Valle del Yaqui hemos sido bendecidos por la lluvia y gracias ello podemos sembrar y sacar adelante nuestros cultivos, sin embargo, en la parte norte del estado se riega con agua de pozos los 365 días del año”, mencionó. 

Sobre los costos, dijo que una hectárea de trigo requiere una inversión de 40 mil pesos por hectárea antes de la trilla, mientras que en el tomate hasta antes del corte la inversión puede llegar a los 500 mil pesos. 

Cebada previa validación 

En el tema de la disponibilidad de cebada para abastecer las necesidades de la planta Constellation Brands en la ciudad, Luis Cruz mencionó que es una realidad la participación de “productores cooperantes”, que se inician con cultivos no solo de cebada sino de maíces amarillos que requiere la industria cervecera. 

“Son especificaciones que requieren ellos (Constellation Brands) y que el productor debe atender, por ejemplo, los maíces amarillos no deben tener colindancia con otras variedades de maíz por la polinización, en el caso de la cebada hay un orden para validar cualquier variedad de este cultivo, si algo nos ha caracterizado es el orden a los productores del Valle del Yaqui”, dijo. 

Cruz Carrillo destacó la importancia de tener la certificación de variedades de cebada por parte del Ceneb ya que se debe retomar la investigación que se llevó a cabo en el valle de Mexicali (antes de cancelarse el proyecto en aquella ciudad) y hacer las modificaciones, en caso de haberlas, al Valle del Yaqui en un estudio donde los criterios de investigadores deben prevalecer.