Si el proceso para elegir Presidente de la República fuera una contienda de box ya hubieran parado la pelea. José Meade no prende, nunca lo hizo y en los poco más de dos meses que restan se habrá de quedar solo, el resto de candidatos de su coalición en el País pondrán distancia para no correr la misma suerte.
Da lástima Meade, hablando con este sentimiento tan latino de ser solidario con el débil me atrevo a decir que merecía mejor suerte, es quien habrá de pagar las facturas del “irracional enojo social”, como califica Peña Nieto a la reacción de la mayoría de la población ante las acciones (o inacciones) de su gobierno.
Por más escarnio que se haga de la personalidad de Andrés Manuel López Obrador e incluso que se aporten elementos que nos den certeza que algunas de sus propuestas son tan inviables como absurdas el desencanto de los electores es tal hacia el PRI y PAN que a estas alturas ya la mitad de la población quiere al tabasqueño como su próximo presidente.
Los priistas saben que esa elección no la ganarán, quedará sumar fuerzas con los frentistas para ver si juntos pueden contra AMLO ya después se reparten al País como ya ha ocurrido.
No sé en los otros distritos electorales pero los cajemenses no nos podemos quejar en cuanto a las opciones que tenemos para elegir a quien nos represente en la Cámara de Diputados, cada uno tiene un perfil y trayectoria bien definidos, aunque a cuatro aspirantes veremos en la boleta una vez más la contienda es solo de dos: Anabel Acosta y Javier Lamarque.
A Acosta Islas se le percibe auténtica, sin falsas poses, receptiva y con la experiencia que ser senadora le ha aportado, el ex alcalde de Cajeme tiene -como aspirante de la oposición- mayor posibilidad de ser empático en su mensaje.
Tengo la plena seguridad que Verónica Montoya y Terencio Valenzuela son dos muy buenas personas llenas de ánimo y entusiasmo por cambiar las cosas, pero en estas lides eso no es suficiente.
Parece que le apuestan a ganar una elección basados en los likes de Facebook, sus estrategias se basan en el hartazgo que se tiene hacia los políticos, no tarda en iniciar al interior de Movimiento Ciudadano y en la casa de campaña del independiente la repartición de culpas, se esperaba más y sus proyectos al menos hasta hoy han pasado sin pena ni gloria, un replanteamiento les vendría bien.
Suponemos que Gustavo Almada y Rodrigo Bours ya ven hacia los lados y advierten que ahí la cosa no va tan bien como lo plantearon, deben sopesar lo que están haciendo mal sus compañeros que buscan la diputación federal y tomar nota.
¿Y si se ayudan un poco?
No hace mucho tiempo que en redes sociales se ventiló una conversación telefónica donde el ex comisario de Esperanza mostraba una cara muy cuestionable sobre la conducta que debiera tener un servidor público, tan fue así que en el Municipio de Cajeme no tuvo cabida y lo echaron. Ese mismo personaje forma parte de quien cuidará el voto en el equipo de Rodrigo Bours o al menos logro colarse a la reunión, eso que en las campañas todos suman no aplica siempre, quienes lo conocen dicen que es el padre de la trácala en el “dia D”, apenas tres días antes en entrevista el candidato independiente condenó las marrullerías del PRI. Un poco de congruencia no vendría mal.
En el equipo de Gustavo Almada tampoco se salvan, y no es cuestión de ilegalidad sino de sentido común, de generar confianza en los electores. Alejandro Olea Güereña está en la posición 3 como Regidor Propietario, y también quien representa como abogado a TecMed, (también representa los intereses de la Arbella Parking S.A.P.I. en el fiasco de los parquímetros) en caso de llegar a ocupar la posición en el gobierno municipal sería muy interesante ver a quien da prioridad en su cartera de clientes. Intentar vendernos la idea de votar por una planilla integrada por personas que pudieran tener conflicto de intereses pudiera no resultar.
Por lo pronto aquí la dejamos, nos leemos muy muy pronto.
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