No es un militante “disciplinado” del PRI, Rodrigo Bours, porque se atreve a manifestar frontalmente sus aspiraciones políticas, las que, otros, en las mismas circunstancias, callan, para no desafiar la ira de la nomenclatura o de los dioses

   Rodrigo Bours Castelo, aspirante a la candidatura por la alcaldía de Cajeme a través del PRI, no piensa como un militante “disciplinado” de ese instituto.

   Por el contrario, en la misma sede del comité municipal y ante la dirigencia encabezada por Gabriel Baldenebro Patrón, habló claro sobre sus anhelos político-ciudadanos, mostrando sus dudas en relación a los métodos que se prevén para elegir abanderado, donde las cabezas más visibles son Faustino Félix Chávez y Abel Murrieta Gutiérrez.

   Y es que Rodrigo, quien conoce la historia de su partido y las luchas internas que, tradicionalmente, se generan a la hora del reparto de candidatura, percibe que el actual proceso no será nada diferente al de otros años; por el contrario, el reciente antecedente de rebeldía de militantes como Adrían Esquer y Ariel Solís, de larga trayectoria, ante la dudosa integración del Consejo Político Municipal, se toma como una premisa de una imposición anunciada.

   El anhelo de Bours Castelo es que la elección de candidatos se democratice. Que las bases decidan quiénes encabezarán la plataforma electoral tricolor en el 2015, sin que prevalezcan dados cargados y piso sinuoso.

   “No me queda muy claro lo de la asamblea de delegados, de cómo se va a lograr la unidad y se garantizará un suelo parejo para la elección, en caso de que exista más de un precandidato a la Presidencia Municipal”, dijo, ante los cuestionamientos de los reporteros.

   Pero también mostró sus dudas en torno a la voluntad de la militancia, cuál será su participación, considerando que no se le menciona en absoluto dentro de la viabilidad del proceso interno.

   No negó, Rodrigo, que existen propuestas de algunos partidos, en un intento de sumarlo a sus proyectos electorales. Los ha escuchado. Pero mantiene la idea de no saber qué ocurrirá más adelante, y al no tener la seguridad de si estará en la contienda interna de su partido por la candidatura, mucho menos podría definir cuál será su futuro en otros institutos. Lo que deja abierto que bien podría aceptar una candidatura ciudadana.

   Lo único cierto, en esta hora, es la inestabilidad política que se percibe entre los partidos. La forma en que dejan de lado a su militancia y a la sociedad civil en las grandes decisiones de elegir candidatos o forjar alianzas, ignorando, así, la inteligencia y la sensibilidad social de los electores, quienes ante desprecio tan manifiesto podrían dar grandes sorpresas, porque no deben de olvidar los operadores políticos y neocaudillos, que los cajemenses saben diferenciar su voto en el instante de cruzar boletas; pero también saben dar o quitar carro completo, cuando los humillan con desplantes llenos de soberbia, y los relegan solamente a la función de votar, sin alcanzar a percibir quienes se erigen como propietarios del quehacer político, que el sufragio es, precisamente, el arma más poderosa de la sociedad.

   No es, pues, Rodrigo Bours, un candidato “disciplinado” del PRI, como otros aspirantes, hombres y mujeres, que teniendo cualidades, huella política, social y humana, no se atreven siquiera a mencionar, para no desafiar la ira de la nomenclatura o de los dioses, que les gustaría estar en una contienda interna transparente y legítima, para que el priísmo, y de ser posible la ciudadanía en general, elija quien los represente en el proceso del 2015.   

Le saludo, lector.