Los políticos necesitan estampar la firma para acordar la civilidad, lo que para usted, amable lector, pudiera ser lo más elemental con que un individuo puede al atreverse a participar en política, la civilidad, la compostura, en el tricolor deben hacerlo mediante un pacto que lleva la rúbrica de quienes participan en las contiendas electorales. Pueden firmar muchos pactos y tomarse fotografías muy muy juntitos, pero es evidente que un buen número de priístas trabajarán en contra de Pavlovich Arellano, ya lo hicieron una vez en el 2009, no hay motivos para suponer lo contrario, aún se escuchan voces de simpatizantes de Ernesto Gándara que simplemente no pueden digerir que se haya seleccionado a una persona que a su entender, no garantiza el triunfo en las elecciones de junio próximo.
El resultado del proceso que se llevó a cabo el miércoles en el PRI Cajeme no dejó lugar a dudas, ante una voz crítica, el priismo se compacta y se blinda, y como fue el caso, demuestra que tiene muy ensayada una forma de trabajar que le ha dado resultado durante décadas, el apellido Bours, con el peso que tiene en el tricolor no pudo ante la maquinaria bien aceitada que ha trabajado durante casi tres años para colocar en la posición de precandidato a Faustino Félix Chávez. Rodrigo Bours no puede llamarse extrañado por el resultado, quizá en el fondo sabía que el partido al que pertenece es así, no hizo nada fuera del libreto. Son los alquimistas de la movilización y la promesa, sus métodos se nutren de los más desfavorecidos, de los que votarían por quien el líder de la colonia les diga o el delegado sindical les pida apoyar. Así es el PRI y a quien no le guste se puede salir, lo malo es que a cualquier partido que vaya seguro encontrará copias piratas del tricolor o clanes exponencialmente más perversos como el Partido Verde, por ejemplo.
Quizá muchos ciudadanos de Cajeme guarden un agradecimiento hacia el menor de los Bours Castelo, es innegable que en la búsqueda de la alcaldía hizo trabajo comunitario que vale la pena reconocer, el nuevo modelo de gobierno que propuso es digno de ser evaluado y eventualmente tomar lo mejor de él. Dejó el discurso por los hechos y mejoró el entorno de algunos asentamientos humanos, sobre todo en las colonias más desfavorecidas.
La contienda verdadera será solo entre dos candidatos: Jesús Félix Holguín y Faustino Félix Chávez.
El presidente del PRI en Cajeme aseguraba en días recientes que es importante la cohesión al interior del tricolor, para quienes gusten de ver el vaso medio lleno o medio vacío el resultado de este proceso tiene ambas lecturas. Tres de cada cuatro votantes lo hicieron por Félix Chávez o uno de cada cuatro no cree que el diputado con licencia deba representarlo. Faustino tiene razón en algo que dijo hace unas semanas: la encuesta que importa es la del 7 de junio.
Cada proceso interno tiene sus características y no se pueden establecer comparaciones. En el lado del PAN la elección será mucho más simple y por llamarlo de alguna manera, civilizada. Desde hace semanas grupos del PRI critican que Félix Holguín vaya por su tercer periodo, inteligentemente en el PAN reviran utilizando un argumento implícito en el señalamiento: “Vean como tiene la sangre joven del PRI al municipio, se requiere alguien que tenga experiencia”, dicen, usted póngase cómodo, esto apenas empieza.
Ojalá pudiéramos también contar historias de propuestas, de trabajo hacia la militancia en la izquierda, de un proyecto ordenado y que viera las necesidades del municipio, un plan que involucre a la participación ciudadana pero los partidos de izquierda se extinguieron por la corrupción e incompetencia de sus líderes. Dejar de abrazar una ideología los aniquiló. Hoy muchos de ellos viven de una política de carroña, se conforman con los mendrugos de pan que les arroja ocasionalmente el Gobernador del Estado.